Tumbaré de mi mundo…

Tumbaré las esporas de la soledad
y las brechas que galopan en la maleza,
tumbaré los bocetos de las flores
y las cercas amarradas con gotas de mistela,
tumbaré los bostezos de los besos
y los capotes cobardes de los lamentos,
tumbaré... todas las astilla de los abanicos
con palabras bajo el trigo y la luna.

Tumbaré los océanos sin agua
y los artistas que cultivan mimosas marchitas,
tumbaré los colores de las pateras
y los sindicatos que no envuelven los cañones,
tumbaré los pueblos sin versos
y las disculpas que escupen sospechas,
tumbaré... los huéspedes de las hierbas
con conciertos de cataratas y relojes.

Tumbaré los sepelios de las macetas
y los alambres que se oxidan en los valles,
tumbaré los barrios que no andan
y las zanjas enterradas con voces que gritan,
tumbaré las penas de los otoños
y las camisas negras que se manchan,
tumbaré... todas las serpientes de escayolas
con palomas tapizadas de sueños y rosas.

Tumbare la libertad de los mosquetones
y los juglares que dibujan el tiempo,
tumbaré las escaleras en los desiertos
y las perchas olvidadas del maltratador,
tumbaré las faldas de los minutos
y las balas manchadas de rojas esperas,
tumbaré... los vendavales de las saetas
con batallas de poesías y ausencias.

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Hundir los barcos de papel

No debemos hundir los barcos de papel por la sencilla razón de que son los mas fáciles de hundir. Y últimamente nos estamos acostumbrando a hacerlo, a tirarles piedrecillas y hasta pedruscos.

Cabe el riesgo que las responsabilidades al final no recaigan sobre el que realmente debe, sino en el más fácil. Me refiero a casos de violencia de género en el que el agresor tiene orden de alejamiento, me refiero especialmente a casos como el de Maria Luz, donde se exigen responsabilidades a Jueces, Policías, etc y realmente desde arriba se asumen muy pocas ¡la batalla de los cobardes! Se disparan balas de sal y las soluciones se mueven como una veleta sin aire .

Se está escondiendo un problema, estamos barajando cartas bajo el agua, se están interesando más en poner oxido en los acentos que en escribir textos, y desgraciadamente si no hay soluciones a la anticuada telaraña judicial seguirán habiendo casos como el de Mari LUZ.

Los fallos del sistema sin duda lo ha asumido la parte más debil, sin dudas Mari Luz, pero me causa tristeza observar que se esté hablando más de un Juez que del miserable que la mató, que los esfuerzos se están dirigiendo en poner un nombre, un rostro, una etiqueta…. Se está intentando combatir el cáncer con aspirinas.

Es una psiquiatría de bisutería el cruzar por los rincones, el dar rodeo a los problemas, el seguir tirando piedras a los barcos de papel porque son los más fáciles de hundir.

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