lunes, 12 de mayo de 2008

Saber pisar...


Todo puede ser mucho más fácil. Deberíamos perseguir al que abusa sobre otro, a los que maltratan a otros, sin más, pero a veces nos llenan los callejones con maletas de ecuaciones que intentan desorientar la brújula de la razón con mensajes de quienes por su cargo estarían mejor callados. Mensajes que confunde son mensajes que desesperan.

Los cuerpos policiales no somos ni deberíamos ser ciudadanos embargados. No debemos ser de ese tipo de personas que tras leer las noticias simplemente pasamos la página. Deberíamos dibujar una línea de puntos por entre las letras y fotos y cortar los murmullos que desparraman los hechos, intentando separar la inevitable con lo evitable. Debemos aprender a atropellar las ecuaciones cuando se trata sobre todo de malos tratos.

Somos los primeros en acudir, somos los primeros que vemos los escombros de la sociedad y seguramente somos los últimos que nos retiramos. Muchas veces se nos pide que seamos arquitectos dentro de los aguaceros y la verdad es que nuestra presencia ante la mujer agredida, ante cualquiera que sufra los abusos de otro, debe despertar la suficiente confianza para que nos vean como la herradura dejada sobre la arena. No somos pastores de almas, eso se lo dejamos a los curas, pero debemos enredar las voces embargadas para que hablen, para que desplieguen el mapa y aprendan a caminar en libertad

Hoy comienza un cursillo de formación policial sobre violencia de género organizado por la Policía Local de Cullera en Valencia. Cursos como éste, al que no podré asistir, no se equivocan nunca en la dirección y pretenden ayudar “a saber pisar” a los Policías, a los Guardias Civiles que asistan. Saber pisar para que las ecuaciones se llenen de mapas desplegados.

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